Muy profesional: seguimiento personalizado del pedido, entrega rápida y calidad impecable del producto.
El único inconveniente: el precio, claro… es más caro que la chlorella cultivada al aire libre y en un entorno natural.
Empecé a finales de mayo de 2011 una cura de desintoxicación de mi intoxicación por metales pesados (protocolo Klinghartd). Con grandes dosis de chlorella en polvo (unos 18 g en 3 tomas al día, asociado a ajo silvestre y cilantro en tintura madre). Todo esto durante un periodo de unos 3 meses, después lo mismo pero con 12 g en 2 tomas/día hasta hoy. En los primeros resultados obtenidos, sentí mejorar mi forma física así como mi moral: la impresión de encontrar mi alegría de vivir. Sufro desde hace 8 años de hipotiroidismo de Hashimoto, intolerancias alimentarias, artrosis y dolores musculotendinosos así como trastornos del sueño. Al cabo de varios meses (unos 6) me di cuenta de que no tenía mis resfriados y enfermedades habituales de invierno: ¡nada, ni gripe, ni gastro etc! Sin embargo, todo el mundo a mi alrededor enfermaba. Desde esta primavera, mis dolores musculares y contracturas son 3 veces menos importantes y me olvido de ir a mis sesiones de fisioterapeuta y osteo. Mi artrosis se ha olvidado (tomo Chondrosulf desde diciembre) pero noto que mi terreno está mucho menos inflamado que antes. Tengo la impresión de retroceder en el tiempo y veo que estoy en mejor forma que algunos colegas de mi edad (tengo casi 59 años).
No he probado mi intoxicación por metales pesados desde el principio de esta cura pero estoy seguro de que mi organismo funciona mejor y eso me da ganas de continuar: porque francamente, ¿quién querría parar cuando por fin ya no hay dolor y uno se siente mejor en su cuerpo y en su cabeza?
Esta mejora de mi estado físico me anima a continuar en esta investigación y he retomado la gimnasia además de mi paseo diario; también he dejado mi consumo (muy modesto) de vino y, por razones dietéticas y medioambientales, también estoy pensando en reducir mi consumo de carne.
¡Esta cura con chlorella se ha convertido en un gesto cotidiano que no estoy dispuesta a abandonar…!
Denise