Aquejada de artrosis, fatiga e insomnio, después de haberme sometido a acupuntura, homeopatía, fitoterapia y otros tratamientos tradicionales, recurrí a la chlorella tras haber visto en televisión el reportaje sobre los metales pesados y las amalgamas dentales.
Progresivamente, quise probar el programa. No soportaba las dosis elevadas y tuve que reducir la dosis (aunque se aconseja aumentarla) porque sufría estreñimiento, dolores de cabeza, problemas de equilibrio. Desde hace 2 meses, tomo 10 comprimidos 3 veces al día y sigo esperando mejoras significativas que espero no tarden mucho en aparecer, si actúan todos los componentes buenos de la chlorella.
¿Por qué no la recomiendan los fitoterapeutas?