Con la ayuda de la Chlorella, sin tomar ningún medicamento, he podido casi evitar las molestias físicas ligadas a mis alergias. Además, la Chlorella pura que he tomado tiene un verdadero efecto beneficioso sobre mi cuerpo y también sobre mi mente.
En 2005, me encontraba en un periodo de mi vida en el que había decidido controlar mejor mi alimentación y eliminar muchas proteínas animales. Por lo tanto, buscaba sustitutos proteicos. Conociendo las virtudes nutricionales de las algas, me decidí por la chlorella. Sólo para ver … Además, todos los años sufría unas alergias primaverales bastante molestas. Así que me dije que quizás podría matar dos pájaros de un tiro con la chlorella, ya que algunos amigos me hablaban de ella con entusiasmo. Eso fue en marzo de 2005.
Al principio, no sentí gran cosa. Un mes más tarde, me di cuenta de que mis alergias, aunque seguían presentes, eran realmente menos graves que el año anterior. Tanto es así que decidí no tomar ninguno de los medicamentos habituales (antihistamínicos), para evitar ingerir productos químicos.
Las molestias físicas (picor de ojos, dolor de garganta, secreción o congestión nasal durante largos días, fatiga intensa) no sólo eran mucho más soportables, sino que también duraban menos tiempo. Me sorprendió mucho. Y no establecí la relación con la chlorella hasta varias semanas después del final del periodo de alergia, tras haber encontrado mi caja de medicamentos, comprados de forma preventiva, sin utilizar.
Al año siguiente, en 2006, hice una cura de chlorella empezando 1 mes antes del inicio del periodo habitual de alergia y reduciendo la ingesta intensiva 1 mes después. Sin tomar ningún medicamento, pude casi evitar las molestias físicas ligadas a mis alergias.
Cuando volví a tomar Chlorella a principios de 2007, noté claramente los efectos beneficiosos de esta alga. A los pocos días de tomarla, me sentía más despierto, más alerta, más tranquilo, más sereno y más equilibrado en mi relación con la comida. Al principio había notado estos efectos agradables pero no podía discernir la causa. Tras reflexionar sobre mi comportamiento reciente, deduje que el único cambio notable era la reanudación de mis «dosis» diarias de chlorella.
Entonces dejé de tomar dosis diarias de chlorella. Por pereza y por falta de existencias.
Mi experiencia personal no se vio influida por ningún libro, discurso médico o científico, ni publicidad. Simplemente porque no investigué, ni leí nada sobre estas algas.
Al principio era escéptico y quise comprobar por mí mismo los efectos de estas algas. Llegué a la siguiente conclusión: la chlorella pura que tomé tiene un efecto realmente beneficioso en mi cuerpo y también en mi mente.
Aconsejo encarecidamente la chlorella a quienes deseen llevar una vida más sencilla y equilibrada, sin recurrir sistemáticamente a medicamentos químicos. Sin embargo, no deduzco que la chlorella me permita eliminar todos los medicamentos de mi vida.
No sé si existe una relación establecida con la chlorella, pero desde hace 3 años no he estado enfermo y no he tomado ningún medicamento.
PN