Hola,
Mi testimonio es la historia de un milagro y verdadero. Antes de contar mi historia, me gustaría agradecer sinceramente a este sitio que me hizo descubrir la chlorella y que dio una nueva oportunidad a mi perro a pesar de su grave enfermedad.
A Rocky, mi perro American Staff de 12 años, le diagnosticaron un cáncer de bazo con una metástasis en el hígado y una supervivencia de unos días, o incluso de unas horas, según los 3 veterinarios que consultamos que nos aconsejaron la eutanasia del animal porque no había tratamiento ni cura posible, debido a la edad del perro y, en particular, porque la enfermedad ya estaba demasiado avanzada.
Tras esta mala noticia, decidí buscar en la red algo que pudiera «aliviarle» y hacerle más agradable el final de su vida.
Descubrí la chlorella y empecé a darle 4 comprimidos al día para relajarlo durante los 2 días que le quedaban antes de la cita para la eutanasia en el veterinario.
Allí ocurrió un milagro, se acabó el cansancio, la falta de apetito y mi perro volvió a encontrar su juventud, jugando y corriendo como antes.
El día de la eutanasia, el propio veterinario se negó a hacerla al ver al animal tan despierto y feliz de estar «vivo de nuevo», así que decidí darle una segunda oportunidad para que disfrutara del final de su vida feliz y plena en nuestra compañía gracias a la chlorella que le había devuelto la energía, pero no sabíamos cuánto duraría. El veterinario incluso nos había dicho que esa tarde estaba de guardia, ya que no creía que el perro se mantuviera tan despierto, y esperaba que volviéramos unas horas más tarde.
Hoy, 4 semanas después de su diagnóstico de cáncer y metástasis hepática, que había anunciado un final de vida en unos días o unas horas, Rocky sigue con nosotros, toma sus 4 pastillas al día, juega, come hasta saciar su hambre, bebe y sigue igual de feliz saliendo a correr por la hierba.
El veterinario no puede creer su energía y se hace muchas preguntas, porque el perro, con su diagnóstico, nunca debería haber vivido tanto y, sobre todo, no debería estar tan en forma y despierto. Ni siquiera conocían la chlorella y gracias a mí y a mi experiencia, va a sugerirla a otros dueños de mascotas porque está conmocionado y muy sorprendido por estos resultados en mi perro.
La chlorella ha cambiado la vida de mi perro y le ha dado una segunda oportunidad, todavía tiene metástasis en el hígado y cáncer en el bazo, con una ligera anemia, pero está viviendo un poco más y disfrutando de sus últimos momentos feliz y en buena forma, y estamos muy contentos por él porque, cuando se vaya, habrá sido feliz durante los últimos momentos de su vida con nosotros.
Gracias por hacerme descubrir esto, estoy reviviendo momentos maravillosos con mi perro gracias a vosotros y él también os lo agradece.