La ANSES encargó a un grupo de expertos cuyas conclusiones relativas a la utilización de determinadas plantas se especifican a continuación.
Los complementos alimenticios derivados de plantas cuyos efectos se reconocen como inmunomoduladores y antiinflamatorios, pueden interferir en los mecanismos de defensa del organismo que son esenciales en la lucha contra las infecciones, en particular la del COVID-19.
Las plantas a las que se refiere el dictamen de la Anses son: sauce, ulmaria, harpagofito, cúrcuma, equináceas, abedul, álamo, regaliz, etc. Las personas que toman estas plantas como medida preventiva deben dejar de tomarlas en cuanto aparezcan los primeros síntomas del coronavirus.
Las autoridades sanitarias reconocen el poder de las plantas.
Es interesante observar que en esta ocasión la ANSES subraya el poder de las plantas! La mayoría de nuestros medicamentos se inspiran en plantas, ya sean terrestres o acuáticas. Utilizan sus principios activos a partir de sus extractos o tras copiarlos por síntesis química o proceso biotecnológico.
Como conclusión de su consulta 2020 SA 2045, la ANSES recomienda dejar de utilizar plantas que han demostrado su eficacia antiinflamatoria e inmunoestimulante.Sólo podemos lamentar que no recomiende utilizarlas como medida preventiva, para reducir la vulnerabilidad.
Chlorella, espirulina y astaxantina
La chlorella ecológica no es una planta sino una microalga, la astaxantina natural es un extracto concentrado de microalgas. La espirulina no es una planta sino una cianobacteria. La chlorella, la espirulina y la astaxantina son complementos alimenticios súper saludables. Sus propiedades y complementariedades se presentan en el artículo Diferencias entre la chlorella y la espirulina.
Sin embargo, por principio de precaución, recomendamos a nuestros consumidores que dejen de consumirlos en cuanto aparezcan los síntomas del coronavirus.
Efectos secundarios de las plantas y los medicamentos
Conviene recordar una vez más que cada persona es única. Cualquier planta o derivado vegetal, consumido directamente o tomado a través de un medicamento, tendrá su propio efecto sobre él. Además, no es infrecuente que una molécula tenga varios efectos o provoque reacciones en el organismo que no están relacionadas con su finalidad. Pueden ser beneficiosos, inofensivos en el mejor de los casos, pero también molestos o incluso deletéreos en el peor. Son los efectos secundarios.
En cuanto a los medicamentos, los que han obtenido la autorización de comercialización y pueden incluirse en nuestra farmacopea han demostrado que tienen una relación «Beneficio/Riesgo» aceptable. Esta relación debe ser estadísticamente positiva para la mayoría de un panel de personas que probablemente represente al consumidor medio, pero el consumidor medio no es todos los consumidores, razón por la cual los efectos secundarios se experimentan de forma diferente de una persona a otra.
Los productos naturales también pueden tener efectos secundarios. Esto es una prueba de su capacidad de acción. Es aconsejable no descuidarlos. Las primeras dosis de chlorella pueden provocar trastornos intestinales y reacciones hepáticas. En la medida en que estimula el funcionamiento de nuestros emuntorios, no es sorprendente que provoque reacciones cuando se toma por primera vez. En función de las reacciones, conviene ajustar las dosis para dar tiempo a nuestros órganos a alcanzar su equilibrio y aspirar a un funcionamiento óptimo.
Las primeras ingestas de espirulina no suelen provocar molestias. Lo mismo ocurre con la astaxantina.
Consulte los consejos de utilización:
➤ Beneficios de la astaxantina
➤ Beneficios del omega 3
Una microbiota intestinal equilibrada garantiza una buena inmunidad
La mayoría de las personas en cuidados intensivos debido a una enfermedad viral o infecciosa son personas debilitadas por la enfermedad y/o por la edad y/o con sobrepeso o incluso obesidad.
Esta observación debe recordarnos que nuestra higiene alimentaria es esencial para mantener una buena salud y favorecer la actividad de nuestro sistema inmunitario.
Nuestras recomendaciones
A microbiota intestinal sana no sólo reforzará nuestras defensas contra los agresores, sino que también podrá controlar mejor los arrebatos del sistema inmunitario provocados por ciertos virus.
Se recomienda cuidar la calidad de la microbiota intestinal e incluso reforzarla » cómo reforzar la microbiota «. Una alimentación sana y, si es necesario, complementos naturales capaces de estimular el sistema inmunitario, le permitirán estar mejor preparado para superar esta crisis de salud.
Recordatorio
Nuestra microbiota intestinal está compuesta por bacterias que representan alrededor de 2 kg de nuestro peso. Se considera que es nuestro segundo cerebro.
Nuestro sistema inmunitario o de defensa natural depende en parte de la calidad de nuestra microbiota intestinal. Desempeña un papel esencial en la producción y transformación de los alimentos absorbidos. Participa en la síntesis de vitaminas. Produce numerosas hormonas y neurotransmisores. Regula la absorción de minerales. Los científicos han demostrado que la microbiota intestinal de las personas obesas está desprovista de varias cepas bacterianas. Una microbiota intestinal equilibrada, con una rica variedad y número de bacterias, previene las carencias y garantiza una buena inmunidad.
Las bacterias intestinales transforman ciertas fibras no digeridas de nuestra dieta en ácidos grasos de cadena corta. Éstos son esenciales, ya que sirven de sustrato para las células de nuestro colon. Todos estos ácidos grasos son importantes y cada uno tiene su propia función. Por ejemplo, uno de ellos, el butirato, tiene efectos antiinflamatorios esenciales para las reacciones inmunitarias. En el intestino se producen muchos neurotransmisores, entre ellos el triptófano. Esto permite la producción de serotonina, la hormona de la felicidad, y de melatonina, la hormona reguladora del sueño. Los efectos de este preciado aminoácido son beneficiosos para la regulación del estado de ánimo, el sueño y el apetito. El triptófano también interviene en la producción de interleucinas, que tienen propiedades antiinflamatorias y protectoras de las mucosas.